El ghosting como una forma de bullying psicológico en la era digital

El ghosting, un fenómeno comúnmente asociado con las dinámicas de interacción digital, se ha convertido en una forma insidiosa de bullying psicológico. Este comportamiento consiste en que una persona, generalmente alguien que ha establecido una relación previa con la víctima —ya sea de amistad, noviazgo u otra interacción significativa—, interrumpe de manera abrupta y sin explicación toda forma de comunicación. Aunque puede parecer un acto individual e inofensivo, sus implicaciones psicológicas pueden ser profundas y devastadoras.

Características del ghosting como bullying

1. Desaparición repentinaEl rasgo distintivo del ghosting es la interrupción abrupta de toda interacción. Esto implica ignorar mensajes, llamadas o cualquier intento de contacto, y en muchos casos, el bloqueo en redes sociales y otras plataformas de comunicación. Esta desaparición súbita deja a la víctima en un estado de confusión y desamparo, al no entender las razones detrás de este acto.

2. Impacto psicológicoLa naturaleza inesperada y sin explicación del ghosting genera en la víctima una serie de emociones negativas como confusión, incertidumbre y rechazo. Estas experiencias pueden desencadenar un proceso interno de autoinculpación, donde la víctima se esfuerza por encontrar explicaciones a un acto que, en realidad, no tiene justificación en sus propias acciones. Este impacto emocional puede derivar en sentimientos de inutilidad, aislamiento y una baja autoestima.

3. Desequilibrio de poderComo otras formas de bullying, el ghosting involucra un desequilibrio de poder. En este caso, el acosador utiliza el silencio como una herramienta de control. Al desaparecer, deja a la víctima en una posición de vulnerabilidad emocional, sin capacidad de resolución o cierre emocional. Este control unidireccional convierte el acto en una forma de manipulación emocional que perpetúa la desigualdad en la relación.

4. RepeticiónAunque el ghosting puede ocurrir como un incidente aislado, en muchos casos refleja un patrón recurrente en el comportamiento del acosador. Este hábito de cortar vínculos de manera abrupta y sin explicaciones puede extenderse a múltiples relaciones, convirtiéndose en una estrategia sistemática de acoso emocional.

¿Por qué se considera bullying?

El ghosting se clasifica como bullying debido a los siguientes elementos esenciales:

• Intención o efecto de daño: Aunque el acosador no siempre es plenamente consciente de las repercusiones de su acto, el ghosting tiene como efecto el daño emocional de la víctima. Este impacto es particularmente severo cuando la víctima es emocionalmente dependiente o está en una etapa de desarrollo vulnerable, como la adolescencia.

• Desequilibrio de poder: El silencio y la imposibilidad de confrontar la situación colocan al acosador en una posición de poder sobre la víctima. Esta dinámica refuerza el control que el acosador ejerce, dejando a la víctima sin medios para resolver el conflicto o entender lo sucedido.

• Repetición: Cuando el ghosting se convierte en un patrón repetitivo en las relaciones, adquiere las características de un acoso sistemático que perpetúa el daño emocional.

Consecuencias del ghosting

1. Ansiedad y depresiónLa incertidumbre generada por el ghosting puede sumergir a la víctima en un estado de ansiedad constante, mientras busca razones o respuestas a la conducta del acosador. Este estado emocional puede evolucionar hacia episodios depresivos caracterizados por tristeza persistente, desesperanza y retraimiento social.

2. Baja autoestimaEl rechazo implícito en el ghosting lleva a la víctima a cuestionar su propia valía. La falta de una explicación racional puede hacer que la víctima internalice la culpa, creyendo erróneamente que su comportamiento o carácter es la causa del rechazo.

3. Dificultad para establecer relaciones futurasEl ghosting puede dejar cicatrices emocionales que interfieren en la capacidad de la víctima para confiar en nuevas personas. El miedo a ser nuevamente ignorado o rechazado puede provocar conductas de autoprotección que dificulten la formación de vínculos saludables.

El ghosting no es simplemente un acto de evitar una conversación incómoda; cuando se analiza desde la perspectiva del bullying, se revela como una herramienta de manipulación emocional con efectos potencialmente dañinos. Es esencial reconocer este comportamiento como una forma de acoso psicológico y trabajar en estrategias de prevención y educación que promuevan relaciones digitales y presenciales más responsables y respetuosas.